La semana pasada Netflix llegó a Italia, España y Portugal, y en así  tan poco tiempo ya ha conseguido un éxito entre la prensa, porque todos los diarios y las televisiones nacionales han representado este acontecimiento como una revolución digital.

El servicio de Netflix va a llenar un gap hueco / espacio que nos hacía sentir marginados en con respecto a otros mercados importantes de televisión que ya tenían la posibilidad de verlo desde hace ocho años. La oferta de contenidos, de momento, será más limitada que en Estados Unidos, pero Netflix busca intenta, como en aquel ese país, revolucionar la manera de ver la televisión.

Netflix fue creado en 1997 por Reed Hastings, un empresario de software que vivía en las colinas de Silicon Valley. Hasting se enfrentó a un pequeño problema: había alquilado la película Apollo 13 en un video club pero la devolvió con unos días de retraso y tuvo que pagar una gran multa. Su espíritu emprendedor comenzó a trabajar y, mientras se preguntaba si pudiera podía alquilar una película sin tener que pagar el retaso al devolverla, empezó a investigar en el sector y encontró que la tecnología DVD era muy ligera y barata para ser enviada en correo postal.

Posteriormente comprendió que el comercio virtual, junto lo al del DVD, se presentaba representaba una gran oportunidad, así que lanzó un negocio que combinaba el comercio virtual con el viejo correo postal: por lo que los clientes elegirían una película en la página para recibir un DVD por correo postal y la enviarían por el mismo medio, una vez vista. Así Netflix se volví a ser se convirtió / volvió a ser lo el más grande competidor de Blockbuster. Reed llego llegó a organizar una reunión con Blockbuster para negociar sobre una posible distribución local y una satisfacción más rápida hacia de los pedidos de los clientes, pero Blockbuster se negó a dicha negociación y los rechazaron.

En los años siguientes, cuando llegó la banda ancha, los contenidos fueron enviados directamente por Internet, así que el modelo de oferta on demand  derrotó completamente lo el de alquilar películas.

Ahora en Italia se puede disfrutar un mes de prueba gratuita, y después tu tienes que gastar para abonarte ocho, diez y o doce euros, en función de poder disfrutar de más pantallas conectadas y mejor calidad. La revolución acaba de comenzar. Y por primera vez en la historia, podemos hacerlo cómodamente sentados en un sillón.